lunes, 26 de marzo de 2012

Bloque I: desarrollo del tema


En este primer tema nos vamos a adentrar en el mundo de literatura infantil, algo que como veremos, tiene mucha más personalidad de lo que nos podríamos creer. Y…hablando de literatura infantil ¿qué significa realmente? Para eso, examinare alguna de las definiciones dadas por escritores y profesores de literatura y compondré mi propia definición. Además también explicaré lo que realmente es la literatura y las diferencias que tiene respecto a un texto no literario y la paraliteratura.
Como veremos alguna de las claves para elegir un libro dedicado a este público es tener en cuenta el momento evolutivo del lector por lo que vamos a ver las propiedades que debe tener el texto y las características que tiene el niño en cada etapa; así pues seremos profesionales para poder elegir un bueno libro para nuestros alumnos o hijos.

¿QUÉ ES LITERATURA INFANTIL?

Es un sintagma formado por dos palabras, un nombre (literatura) y un adjetivo especificativo (infantil).
Literatura significa el arte de la palabra e infantil explica la franja concreta a la que va dirigida dicha literatura.
La frontera entre literatura infantil y juvenil es muy confusa, por lo que suele ser temática. La franja de edad a la que va dirigida la literatura infantil es de los 0 a los 12 años.

La editorial SM, en los años 70, es la pionera en separar la literatura por etapas con su memorable Barco de Vapor.
Para ello creó una colección de libros dividida en diversos colores dependiendo del público a la que iba dirigida. De tal manera que nos encontramos con la colección blanca para el primer lector, la azul para edades entre los 6 y 8, la naranja para niños entre 8 y 10 años y finalmente la roja para un público entre los 10 y 12 años.

También decir que la literatura escrita por niños será literatura creada por niños nunca será considerada literatura infantil porque no tiene ninguna finalidad artística.



DEFINICIÓN DE LITERATURA INFANTIL PARA DIVERSOS AUTORES

1984 Juan Cervera “Se integran todas las manifestaciones y actividades que tienen como base la palabra con finalidad artística o lúdica que interesen al niño”.
Esta definición es un poco controvertida ya que mezcla la paraliteratura y la literatura. Por un lado dice “todas las manifestaciones y actividades”, algo en lo que también se podría incluir bibliografías y columnas, las cuales, como veremos, no son textos literarios. Y, por el contrario, pone “con finalidad artística”, una de las claves para clasificar un texto como literario.
Además decir que a los niños les puede parecer interesantes diversos temas que, posiblemente, no estén considerados apropiados para ellos, algo que tenemos que tener muy en cuenta a la hora de escribir.

1985 Marisa Bortolussi “Obra artística destinada a un público infantil”
Esta definición es más clara que la anterior ya que, al decir artístico, descarta todo texto no literario y paraliterario. Si bien, me parece demasiado escasa para definir la literatura infantil.

1994 Isabel Tejerina “Habría que decir que mientras que los buenos libros para mayores no son siempre para niños, los buenos libros infantiles sí son aquellos que también son capaces de interesar, incluso de conmover, a los adultos”.
Me parece una bonita definición puesto que muchos de los libros infantiles, tal como dice, conmueven a los mayores; prueba de ello muchos de los libros que hemos leído en clase. Por el contrario, no pone la palabra clave de fin artístico.

1998 J. Rubió  "Aquella rama de la literatura de imaginación que mejor se adapta a la capacidad de comprensión de la infancia y al mundo que de verdad les interesa".
Es la primera descripción que da importancia al momento evolutivo en el que se encuentra el niño, pero, como en la primera definición,  tal vez aquello que les interesa no es lo mejor para ellos y por contra lo que sí que es bueno no les parece atractivo.

Andrés Amorós “Es el placer que alguien obtiene leyendo lo que otro ha escrito”.
Esta definición me parece extremadamente pobre. Primero porque me puede dar placer leer un buen texto en un periódico, un diario como el conmovedor Diario de Ana Frank y ésto no es literatura. Además no explicita el tipo de público al que va dirigido así que puede ser literatura para cualquier periodo de edad. Y por último, no pone el fin que tiene.

MI DEFINICIÓN DE LITERATURA INFANTIL

Como he explicado con las definiciones con las que me encuentro más identificada son las de Marisa Bortolussi, Isabel Tejerina y Juan Cervera. Por ello, para crear mi propia definición, voy a hacer una mezcla de todas ellas junto con conocimientos adquiridos tras las clases. Así pues definiría Literatura Infantil como:

2012 Lucía Moreno Jiménez “Obra artística de ficción, destinada a un público infantil, en la que, con frecuencia, se utilizan figuras literarias y siempre se tiene en cuenta el momento evolutivo del infante”.


LITERATURA, PARALITERATURA Y TEXTO NO LITERARIO

Para que un texto sea considerado literario tiene que contar con las siguientes características.

LITERATURA
Los textos deben pertenecer a uno de los tres géneros literarios:
  • Narrativa: Narrar es contar. La narración es un tipo de texto en el que se cuentan hechos reales o imaginarios. Al abordar el análisis de los textos narrativos es necesario estudiar la historia y las acciones que la componen (argumento), los personajes que las llevan a cabo, el tiempo y el espacio donde se desarrollan, cómo se ordenan todos estos elementos (estructura) y desde qué punto de vista se cuentan. Entre este tipo de texto destacan la novela y el cuento.
  • Lírica: textos en los que  se manifiestan sentimientos y emociones puestos en nombre del autor o en boca de un personaje determinado. La mayor parte de los textos líricos están escritos en verso aunque ésta no es una característica exclusiva de la poesía.  Entre ellos están: himnos, odas, elegías y canciones.
  • Teatro-Drama: estos textos ofrecen como panorama el conflicto entre dos o más personajes; el desarrollo de la obra está encaminado a presentar como se desarrolla dicho conflicto y cuál es su enlace. Ejemplo de ellos son los guiones para teatro, cine, etc.

Utiliza la función poética o estética del lenguaje, es decir utiliza figuras literarias. Existen multitud de figuras literarias entre las que destacan las  metáforas, personificaciones o prosopopeya. En esta página encontrarás mucha más información sobre estas figuras:
Siempre es ficción, es decir, lo que cuenta no es real pero si puede estar basada en hechos reales. Una biografía o un diario no serán considerados literatura.
La intencionalidad tiene que ser claramente artística: si la intención que tiene es enseñar algo no es literatura puesto que la intención principal es enseñar.

PARALITERATURA
Es próxima a la literatura: su intencionalidad no es artística si no que es práctica o de interés.
En este apartado se encuentran las biografías, los diarios, columnas de opinión o fábulas.
Puede tener los tres géneros literarios o no
Utiliza, a menudo, la función poética.
Puede ser ficción o no
No tiene intención artística

TEXTO NO LITERARIO
No es literario, como su propio nombre indica
No son de ficción
Puede utilizar la función poética
No tiene intencionalidad artística


DESARROLLO EVOLUTIVO DEL NIÑO COMO LECTOR DE LITERATURA INFANTIL


Periodo glósico motor: el niño se interesa por experiencias sensoriales.
A los dos años, les atraen los libros “para mirar”, que puedan escuchar con placer por su ritmo y sonoridad.
El lector descifra colores, formas y también tamaño y volumen. Le llama la atención los libros grandes, con ilustraciones amplias, de pocos trazados y con formas realistas que puede identificar con el entorno. Vive muchas sensaciones corporalmente, a través del dibujo que ve, o de las palabras que escucha.
A los tres años aproximadamente, el libro le propone historias o poemas breves que pueden repetirse. Al lector le interesa escuchar las historias e identificarlas con los dibujos.

Desde los 4 hasta los 6: Periodo Animista. El niño se va abriendo al mundo que le rodea.
Los libros dedicados a niños de cinco años aproximadamente, se caracterizan porque conservan sus relatos unidad en el tiempo y lugar y personajes simples con roles muy bien definidos. También las ilustraciones deben ser claras, aunque pueden tener más detalles que las de etapas anteriores, y ser de menor tamaño.
El lector suele reconocer la escritura de algunas palabras y disfruta descifrándolas, memoriza textos que le gustan, y quiere escuchar el relato una y otra vez. Aprecia mucho los libros de láminas de textos simples con los que puede ir familiarizándose como así también con ilustraciones ricas en imágenes. Todo lo que le rodea es considerado como viviente por lo que es apropiado que los protagonistas tenga una vida  y caracteres propios.

Desde los 7 a los 9: Periodo Maravilloso. 
El niño entra en el mundo de los seres fantásticos, dotados de poderes mágicos y capaces de cambiar el entorno.
Para los lectores de siete años aproximadamente, los libros tienen que tener una buena historia que esté acompañada por ilustraciones.
Todavía en esta etapa, la narración debe cuidar la unidad de línea argumental, con secuencias bien definidas, evitando los niveles superpuestos. El lector es inquieto, impaciente, imaginativo, puede armar en su mente escenas de gran fantasía, siempre que pueda contar con los elementos necesarios. Le perturban las contradicciones entre el texto y las ilustraciones o los cabos sueltos en una historia.
Se identifica con los personajes, tiene un enorme sentido de la justicia y necesita gratificación cuando aparecen elementos dolorosos.
Los libros para niños a partir de 9 años no necesitan tanto de las ilustraciones para interesarlos aunque pueden ser parte de mensajes a decodificar. Inclusive el texto combinado con la gráfica tipo historietas es muy popular en esta edad.
Los cuentos o novelas con capítulos cortos son propicios para esta etapa. Importan mucho los personajes en los que proyectan sus afectos y con los evocan como ídolos. En esta etapa se dan contrastes muy grandes ente los niños, por un lado gran capacidad de lectura y por otro mucha dificultad para aceptarla, debido a que es la más vulnerable a las influencias del medio.

Desde los 8 hasta los 10: Periodo fantástico realista. Se inicia en el mundo de la socialización y se interesa por el mundo exterior.
A partir de los once años los libros presentan como características, tener gran equilibrio en su texto, economía en las palabras y un buen ritmo. La extensión puede variar.
Hay campo para una corta novela en capítulos con una o dos líneas arguméntales, humor salpicado y contextos interesantes como ciencia -ficción, historia, ecología dentro del marco de la aventura. Les atrae el terror, humor, suspenso y también la realidad, inclusive la dolorosa.
El lector aprecia el dramatismo y no tolera sensiblerías, ni una historia rosada en la que se elude la realidad. Es romántico, impaciente, no acepta palabras de más.
Aprecia la buena ilustración, es capaz de disfrutar estéticamente un libro, y de quererlo. Puede llegar a tener escritores e ilustradores favoritos. Es amigo de lo terrorífico y de lo monstruoso pero con una intuición estética.
Es buen crítico y rechaza las historias sin sostén lógico. Puede divertirse con un disparate y con la sátira ya que está empezando a criticar el mundo que le rodea.

Desde los 10 a los 12: Periodo sentimental y artístico. El niño tiene capacidad para apreciar el arte y la literatura.
Le interesan los sentimientos y la psicología. Le gusta la intriga, el misterio, la aventura, el riesgo, la aventura. La ciencia le gusta por lo que tiene de misterio y heroísmo.  Las biografías  llaman su atención por lo que tienen de ilustres. El mundo de los deportes y aventuras extraordinarias también les apasiona.
En esta etapa los libros pueden ser de mayor extensión, la acción debe desarrollarse con vigor, exactitud de datos y dinamismo, además la caracterización de los personajes es exigente.




CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA LITERATURA INFANTIL

FORMATO:
A la hora de elegir un libro es de vital importancia que nos fijemos en el momento evolutivo en el que se encuentra el niño. Dependiendo en el momento en el que se encuentre cada una de las siguientes características variará.

Tamaño: el tamaño del libro variará según la edad del lector. Para los más pequeños es conveniente que el libro sea mediano, resistente y con cantes romos para tener más facilidad en su manejo. A medida que nos vamos haciendo más grandes pasarán al libro de bolsillo.
También existen libros de aula cuyo tamaño es mucho mayor. Esto nos facilita poder leer el libro y que todos los oyentes puedan ver fácilmente las ilustraciones y letras.

Tipo de papel: el grosor del papel irá disminuyendo a medida que avanza la edad del lector. Las hojas de cartón serán para los primeros lectores, luego pasaremos a un papel más o menos grueso y finalmente terminaremos con la hoja a la que diariamente estamos acostumbrados.

Ilustraciones o imágenes: las imágenes para los más pequeños tienen que ser claramente reconocibles nada de abstracto, además hay gran uso de color.  
Más adelante se utilizan libros de imágenes que narren una pequeña historia con predominio de la imagen respecto al texto. Posteriormente hay mayor equilibrio entre páginas ilustradas y páginas con texto hasta terminar con libros que tienen escasos dibujos; en este caso los existentes pueden ser abstractos.

Letra: los primeros libros son objetos de juego por lo que carecen de cualquier tipo de letra. En el caso de que exista tiene que ser una letra clara y grande, de forma que el adulto vaya leyendo el texto al niño.
En la fase de pre-lectura las palabras o frases deben ser breves, con gráfica clara, fácilmente reconocible para el lector.
Entre los 6 y 8 años se pasa de la letra manuscrita a letra de imprenta. El texto debe ser sencillo y bien distribuido con frases enteras que puedan ser entendidas con una sola lectura.
Siendo más mayores se pueden introducir tipos de letras más elaboradas y complicadas.

Donde está colocado el texto: la colocación del texto es un poco a gusto del ilustrador. Como he explicado, en los libros para primeros lectores el texto va a ser inexistente o escaso, pero a medida que van creciendo puede haber una imagen explicativa seguida de un texto.

CONTENIDOS
Tema: es importante que la temática despierte interés en el lector. Esto se puede conseguir tanto seleccionando un tema real, con el que el niño se pueda sentir identificado, como eligiendo un tema fantástico dónde el lector disfrute involucrándose en un mundo de fantasía y de misterio. Los libros iniciales tocan temas muy básicos del entorno y la vida cotidiana del niño como puede ser el colegio, la familia, la casa, la panadería… Más adelante los protagonistas son personas o animales en los que fácilmente se puedan reconocer con pequeñas anécdotas de la vida diaria. Entre los 4 y los 6 les apasionan cuentos clásicos, populares y los personajes fantásticos. Finalmente para los más mayores aquellos que les parecen más interesantes son los de fantasía con los que pueden abstraerse y dejar volar su imaginación.

Estructura: de 0 a 6 años la estructura es lineal con planteamiento, nudo y desenlace. A su vez puede tener dos vertientes:
  • Acumulativa: hay planteamiento, un nudo acumulativo en el que los personajes hacen las mismas acciones y por último el desenlace. Por ejemplo: A que sabe la luna.
  • Circular: una vez que llega el desenlace se vuelve al principio. Por ejemplo: un bicho extraño.

     Para niños mayores pueden ser estructuras más complicadas con flash-back.

Personajes: uno de los puntos más importantes a la hora de construir un personaje es que el lector pueda sentirse identificado con la manera de ser y actuar del mismo.
Mientras en los más pequeños los personajes son gente de su entorno como puede ser la mamá, el hermano, a medida que van siendo más mayores les gusta la mezcla entre personajes humanos y animales, hasta terminar con seres fantásticos como las hadas, duendes y brujas.

Contexto: uno de los principales problemas que nos podemos encontrar es que el contexto de la obra no sea adecuado, por tanto. el lector no se involucra en la historia y por ello no le resulta del todo atractiva. Por este motivo, es muy importante adecuar el argumento a las necesidades del niño, aunque este no tiene por qué ser realista ya que existen numerosas obras del género de la fantasía con las que el lector puede disfrutar.

Estilo: lo primordial de este punto es destacar la importancia de tener en cuenta el momento evolutivo en el que se encuentra el niño que va a leer la obra. Se debe adecuar el léxico a la edad del lector ya que se empiezan con palabras y frases sencillas y se va aumentando la dificultad al mismo tiempo que el lector adquiere edad y conocimientos.

Los valores es el último aspecto a tener en cuenta. Que un libro tenga valores no significa que concluya con una moraleja. El personaje puede mantener dos tipos de valores: el positivo que implica empiece como positivo y termine como positivo, que empiece como negativo y termine como positivo o el negativo que quiere decir que empiece como positivo y termine como negativo o que empiece como negativo y termine como negativo.
Los valores positivos son aquellos que nos hacen felices, en los que somos capaces de superar retos. Por el contrario los negativos son aquellos que nos hacen infelices, en este campo se podrían incluir libros que hablan de la timidez, de niños perdidos, de críticas… 


WEBGRAFÍA:

Apuntes dados por la profesora Irune Labajo González


miércoles, 14 de marzo de 2012

-¿A qué te dedicas?. -¿Yo? ¡De todo un poco, soy profesora de Educación Infantil!


  • No somos médicos pero damos un beso, cantamos sana sana culito de rana y curamos el dolor.
  • No somos farmacéuticos pero damos una pócima mágica a base de agua y quitamos la enfermedad.
  • No somos radiólogos pero con un dibujo sabemos lo que le pasa.
  • No somos conductores pero conducimos el trenecito mejor que nadie.
  • No somos cantantes pero cantamos nanas y les dejamos dormidos como angelotes.
  • No somos músicos pero tocamos el triángulo, los platillos y las maracas.
  • No somos "bailaores" pero bailamos un poco y les dejamos entusiasmados.
  • No somos pintores pero nuestras obras les parecen arte.
  • No somos arquitectos pero sabemos construir una cabaña sin que se nos caiga.
  • No somos jueces pero enseñamos que pongan paz y pidan perdón.
  • No somos intérpretes pero entendemos lo que nos dicen los que  todavía tienen lengua de trapo.




No somos... no somos muchas cosas. 
¡Bueno sí!, somos maestros de educación infantil y, 
a la vez, incluimos 
muchas cosas.

martes, 13 de marzo de 2012

¡Bienvenidos!


Después de pensarlo muchooo… ¡Me dispongo a daros la bienvenida a mi blog!

Y ¿por qué tanto tiempo para presentarme os preguntaréis? Pues bien, para mí el blog, al ser algo virtual en que no hay contacto directo con la persona, plasma de forma superficial como es la personalidad del bloggero y necesitaba mi tiempo para poder expresar como soy interiormente.

En primer lugar presentarme: me llamo Lucía y soy estudiante de 2º Grado de Educación Infantil. Soy familiar, alegre, me gusta mucho salir a tomar algo con mis amigas y sobre todo hablar. Mi madre dice que no callo ni debajo del agua y el pobre de mi novio detesta las últimas horas del día porque es el momento idóneo del día donde se me ocurre contar todas las cosas que he hecho, con puntos y señales, todas aquellas que me hubiera gustado hacer y tengo pendientes y las que voy a hacer al día siguiente. Todo ello, con sus debidas explicaciones porque si no pierde relevancia.

Soy un poco indecisa, prueba de ello el cambio radical que pegó mi vida hace dos años. Yo era estudiante de odontología, concretamente de tercer curso y un día empecé a preguntarme cosas, aquellas preguntas que nunca te gusta hacerte porque ni tú sabes la respuesta. Odontología me gustaba, era muy interesante, en la práctica era buena, sabía que además económicamente estaba muy bien pagado pero no estaba feliz, no brillaba en mi esa sonrisa que me caracteriza. Entonces ¿cuál era el problema? Esa era la gran pregunta a la que me refería anteriormente.

Comencé a reflexionar, estuve pensando durante muchos días hasta que decidí tomar un papel, hacer una lista de las cosas que más me gustaban de odontología y aquellas que detestaba. Al lado puse Educación Infantil, la carrera que siempre me había gustado, pero por aquello de que mi padre era profesor nunca me decidí para estudiarla, total pensaba que siempre tendría la oportunidad de enseñar a mis hijos.

Escribí un listado de cosas y a medida que iba escribiendo me iban cayendo lágrimas. Creo que es uno de los sabores más amargos que he probado.
Cuando terminé, me di cuenta que había estado equivocada a la hora de tomar la decisión cuando elegí carrera. Fue un momento de sentimientos encontrados, por un lado frustración al pensar que había estado estudiando cuatro años que no habían servido para nada, por otro lado alegría al saber contestar esa  pregunta que tanto me angustiaba.
El cambio era radical, en cuanto a odontología solo me quedaban dos años para terminar la carrera, además los gastos que suponen cuatro años de carrera y luego comenzar con una nueva de cuatro años que anteriormente había sido de tres; con la duda de que si estaría haciendo lo correcto.

Pues bien con el miedo interior, con voz frágil pero aliviada les dije a mis padres que me cambiaba de carrera. Ellos rápidamente me entendieron, sabían perfectamente que era la única forma de devolverme esa sonrisa que, como os dije, me caracteriza.

Llegué a La Salle, me matriculé como una niña que acaba de terminar el instituto y comencé de cero.

Muchas veces la gente me pregunta que cómo lo pude hacer, que he perdido cuatro años de mi vida, que si lo hubiera decidido antes la carrera era de tres, que…. Y yo les digo: “durante esos cuatro años he estado aprendiendo, algo que nadie me lo va a quitar, nunca es tarde para empezar de cero y gracias a ese momento en que me senté, cogí un papel y escribí lo bueno y lo malo de cambiarme mientras se me caían las lágrimas hoy, más que nunca, soy feliz y eso a la gente de mi entorno les hace felices”.