viernes, 4 de mayo de 2012

BLOQUE II: ACTIVIDAD


Era una vez un rey y una reina que tenían una hija muy  muy guapa, la más guapa del reino. Además era muy inteligente y muy alegre. Todos los príncipes querían casarse con ella, hasta que un día llegó un príncipe muy rico, tenía muchos animales, cantidad tierras pero era muy gruñón, siempre estaba enfadado y discutiendo por todo. Se presentó ante el rey y le pidió casarse con su hija. El rey contento pensó que sería la mejor oportunidad para ella ya que así sería aún más rica.

A la mañana siguiente, el rey y la reina se lo dijeron a la princesa. Esta muy triste se puso a llorar puesto que no quería casarse con alguien que siempre estuviera enfadado y cabreado, pero los reyes dijeron que con él se tendría que casar.

Por la noche, estuvo pensando cómo hacer para no tener que casarse con el gruñón del príncipe. Al despertar le dijo a su padre el rey:
- Si quieres que me case tendrás que buscar un vestido de toda clase de chocolates
- Así será, dijo el rey

El rey mandó a todos sus hombres para que buscaran toda clase de chocolates por todos los países del mundo. Fue muy complicado, le llevó mucho tiempo pero al final lo consiguió.

El rey le llevó el vestido de toda clase de chocolates a la princesa y ésta asustada le pidió el último deseo, un abrigo de toda clase de pieles.

Este deseo aún fue más difícil pero el rey también lo consiguió y se lo llevó a la princesa. La princesa muy triste le dijo que en dos días se casaría con el príncipe gruñón, pero lo que no sabía el rey es que la princesa esa noche se escaparía.

A la hora de dormir, la princesa se fue a su habitación, esperó a que todo el mundo durmiera, cogió una bolsa y guardó su vestido de toda clase de chocolates y para que no pasara frío por la noche se puso el abrigo de toda clase de pieles.

Ando y ando toda noche hasta que al día siguiente se encontró con una señora que estaba recogiendo naranjas para el príncipe. La princesa asustada tenía miedo que el príncipe fuera el gruñón pero la mujer le dijo que era un príncipe divertido, simpático y que le gustaba jugar y bailar.

Entonces la princesa alegre, le preguntó a la mujer que si podía ir con ella a palacio.
La mujer le dijo que sí, además hacía falta gente en la cocina porque el príncipe esa noche iba a elegir en el baile, después de la cena, la princesa con la que se casaría.

En palacio, cocinando la cena, la princesa pidió al jefe de cocinas que por favor le dejara ir un ratito ir a ver el baile.
Corriendo, la princesa se puso el vestido de toda clase de chocolates para bailar con el príncipe. Estuvieron bailando mucho rato, sin duda la princesa era la más guapa y alegre de toda la fiesta.

Cuando acabó el baile y ya era hora de dormir, el príncipe se fue a su habitación y pidió el vaso de leche caliente que tanto le gustaba tomar antes de irse a la cama.
La princesa triste, pidió al cocinero que le dejara llevar el vaso de leche ya que al día siguiente el príncipe diría con qué chica del baile se iba a casar.

Para que no la reconociera, la princesa se puso el abrigo de toda clase de pieles sobre el vestido de toda tipo de chocolates y subió al príncipe su vaso de leche calentita.

El príncipe no paraba de mirarla  y la princesa nerviosa empezó a sudar y a sudar de forma que el chocolate se empezó a derretir. El suelo se manchó de chocolate así que el príncipe supo que aquella princesa que tanto le había gustado, tan guapa y tan alegre, con la que había bailado esa noche era la princesa que llevaba el abrigo de toda clase de pieles.

Contento, le puso el anillo, que ya tenía preparado, y al día siguiente anunció al pueblo que Toda clase de pieles sería su futura mujer.

Y ¿a que no sabéis como se llamó su primer hijo? ¡Chocolate!

Y… colorín, colorado, con chocolate, el cuento ha acabado.







*CAMBIOS REALIZADOS A PARTIR DEL CUENTO ORIGINAL "TODA CLASE DE PIELES"

  • La reina no muere. Al querer omitir el incesto no he visto necesario la muerte de la reina
  • No hay incesto ya que he considerado que no es un aspecto positivo para la edad de los niños a los que va dirigido el cuento
  • Me invento la cualidad de que el príncipe que la pretende es aburrido para tener así el pretexto de huir
  • Solo hay un vestido en vez de tres para hacerlo más ameno y poder conservar así mejor la atención del niño
  • No existen los tres detallitos que iba dejando la princesa en la sopa del príncipe. Para  reducirlo he puesto lo del vestido de chocolate y lo he reutilizado para que, al derretirse, la reconociera.
  • Finalmente para dar más relevancia al chocolate he puesto que tuvieron un hijo al que llamaron Chocolate


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