Era una vez un rey
y una reina que tenían una hija muy muy
guapa, la más guapa del reino. Además era muy inteligente y muy alegre. Todos
los príncipes querían casarse con ella, hasta que un día llegó un príncipe muy
rico, tenía muchos animales, cantidad tierras pero era muy gruñón, siempre
estaba enfadado y discutiendo por todo. Se presentó ante el rey y le pidió
casarse con su hija. El rey contento pensó que sería la mejor oportunidad para
ella ya que así sería aún más rica.
A la mañana
siguiente, el rey y la reina se lo dijeron a la princesa. Esta muy triste se puso
a llorar puesto que no quería casarse con alguien que siempre estuviera
enfadado y cabreado, pero los reyes dijeron que con él se tendría que casar.
Por la noche,
estuvo pensando cómo hacer para no tener que casarse con el gruñón del
príncipe. Al despertar le dijo a su padre el rey:
- Si quieres que me
case tendrás que buscar un vestido de toda clase de chocolates
- Así será, dijo el
rey
El rey mandó a
todos sus hombres para que buscaran toda clase de chocolates por todos los
países del mundo. Fue muy complicado, le llevó mucho tiempo pero al final lo
consiguió.
El rey le llevó el
vestido de toda clase de chocolates a la princesa y ésta asustada le pidió el
último deseo, un abrigo de toda clase de pieles.
Este deseo aún fue
más difícil pero el rey también lo consiguió y se lo llevó a la princesa. La
princesa muy triste le dijo que en dos días se casaría con el príncipe gruñón,
pero lo que no sabía el rey es que la princesa esa noche se escaparía.
A la hora de
dormir, la princesa se fue a su habitación, esperó a que todo el mundo
durmiera, cogió una bolsa y guardó su vestido de toda clase de chocolates y
para que no pasara frío por la noche se puso el abrigo de toda clase de pieles.
Ando y ando toda
noche hasta que al día siguiente se encontró con una señora que estaba
recogiendo naranjas para el príncipe. La princesa asustada tenía miedo que el
príncipe fuera el gruñón pero la mujer le dijo que era un príncipe divertido,
simpático y que le gustaba jugar y bailar.
Entonces la
princesa alegre, le preguntó a la mujer que si podía ir con ella a palacio.
La mujer le dijo
que sí, además hacía falta gente en la cocina porque el príncipe esa noche iba
a elegir en el baile, después de la cena, la princesa con la que se casaría.
En palacio,
cocinando la cena, la princesa pidió al jefe de cocinas que por favor le dejara
ir un ratito ir a ver el baile.
Corriendo, la
princesa se puso el vestido de toda clase de chocolates para bailar con el
príncipe. Estuvieron bailando mucho rato, sin duda la princesa era la más guapa
y alegre de toda la fiesta.
Cuando acabó el
baile y ya era hora de dormir, el príncipe se fue a su habitación y pidió el
vaso de leche caliente que tanto le gustaba tomar antes de irse a la cama.
La princesa triste,
pidió al cocinero que le dejara llevar el vaso de leche ya que al día siguiente
el príncipe diría con qué chica del baile se iba a casar.
Para que no la
reconociera, la princesa se puso el abrigo de toda clase de pieles sobre el
vestido de toda tipo de chocolates y subió al príncipe su vaso de leche
calentita.
El príncipe no
paraba de mirarla y la princesa nerviosa
empezó a sudar y a sudar de forma que el chocolate se empezó a derretir. El
suelo se manchó de chocolate así que el príncipe supo que aquella princesa que
tanto le había gustado, tan guapa y tan alegre, con la que había bailado esa
noche era la princesa que llevaba el abrigo de toda clase de pieles.
Contento, le puso
el anillo, que ya tenía preparado, y al día siguiente anunció al pueblo que
Toda clase de pieles sería su futura mujer.
Y ¿a que no sabéis
como se llamó su primer hijo? ¡Chocolate!
Y… colorín,
colorado, con chocolate, el cuento ha acabado.
*CAMBIOS REALIZADOS A PARTIR DEL CUENTO
ORIGINAL "TODA CLASE DE PIELES"
- La reina no muere. Al querer omitir el incesto no he visto necesario la muerte de la reina
- No hay incesto ya que he considerado que no es un aspecto positivo para la edad de los niños a los que va dirigido el cuento
- Me invento la cualidad de que el príncipe que la pretende es aburrido para tener así el pretexto de huir
- Solo hay un vestido en vez de tres para hacerlo más ameno y poder conservar así mejor la atención del niño
- No existen los tres detallitos que iba dejando la princesa en la sopa del príncipe. Para reducirlo he puesto lo del vestido de chocolate y lo he reutilizado para que, al derretirse, la reconociera.
- Finalmente para dar más relevancia al chocolate he puesto que tuvieron un hijo al que llamaron Chocolate
Perfecto y muy... sabroso :)
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