Este último tema quizás es el que de forma más directa
lo llevemos al aula.
La lectoescritura es algo que tenemos perpetuamente en la
mente, la necesidad porque los niños salgan de la Etapa de Educación Infantil
leyendo y no nos damos cuenta que esto puede ser un error. Muchas veces
buscamos plantas sin poner semillas, flores sin regar la planta y esto difícilmente
se consigue.
Digamos que los niños de nuestro país se pasan tres o
cuatro años intentando aprender a leer y en los países nórdicos en tres meses
saben leer con fluidez. La pregunta obvia sería ¿es que los niños españoles son
menos inteligentes? La respuesta contundente es ¡No, claro que no!
La
diferencia es que en estos países se respetan las etapas de desarrollo
evolutivo del niño, aquellas que vimos en el bloque I y que tanta importancia
tienen.
Mientras en España nos preocupamos por meter al niño
el abecedario, la escritura, a fuerza de horas y horas, en los países nórdicos se dedican al juego, de forma que
aprendan lo esencial, lo básico, observen, actúen sean autónomos y libres y
cuando llega el momento, cuando la mente de los pequeños está preparada para
los signos, cuando llegan a la madurez es cuando se les enseña la
lectoescritura. Por eso son capaces de asimilar fácilmente los signos y
símbolos, porque su mente está preparada y no resulta ningún esfuerzo.
Esto permite que los niños se lo tomen como algo más,
un paso más en su escalera del conocimiento no como algo tedioso y aburrido que
tan a menudo pasa en infantil. El miedo al fracaso, a no saber escribir bien, a
no leer igual que los compañeros.
Con todo ello no me refiero que los niños no lean, no
escriban, no tengan rincón de lectura. Si no que tienen que entender los libros
como algo más de entretenimiento, el rincón de lectura como uno más de juego,
en el que se diviertan y disfruten de los libros. No como una zona de mandato,
de imposición, de obligación a la lectura.
Por eso estoy totalmente de acuerdo con la teoría
constructivista porque no ve el fallo del niño como un error sino como un paso
más, necesario, para subir al siguiente escalón. Porque permite que el niño
escriba por el placer de comunicarse no como obligación de copiar, de hacer
buena caligrafía. Busca la libertad, la autonomía del niño, para que crezca
como persona.
Es evidente que tenemos que tener un rincón de
lectura, que es necesario, que aporta multitud de beneficios al niño, pero
dejemos que sea libre, que coja un libro
y lo deje, coja otro y lo deje, no le obliguemos a que pase por ese rincón, el
mismo buscará el momento de ir hacia él.
La dinamización mediante el cuentacuentos, la
presentación de libros, el teatrillo, el libro viajero son buenos métodos para
ayudar al niño que se involucre, que se motive para ver el maravilloso libro de
los cuentos.
Dejemos que participe en clase formando versos, que cree
tantanes que imagine cuentos, dejemos que fluya su creatividad y no le cortemos
las alas del placer de ser niño.
Perfecto.
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